En el mito de Edipo, la esfinge planteaba al
trágico hijo de Layo el siguiente acertijo: “¿cuál es el
animal que camina por la mañana a cuatro patas, al mediodía a dos, y por la
noche con tres?” La respuesta es, obviamente, el hombre: la división en tres
etapas –desarrollo, madurez y declive– es, por lo tanto, milenaria y se
encuentra vinculada a las diferentes etapas vitales. La lucha se encuentra en
qué lugar ha de situarse la frontera: una reciente encuesta realizada en Reino
Unido señalaba que un tercio
de los consultados de entre 65 y 74 años manifestaban sentirse entre 10 y 19
años más jóvenes que su edad real, mientras que los más jóvenes
consideraban que los 60 marcaban el comienzo de la vejez. En la misma encuesta,
la mayor parte de consultados señalaban que uno es viejo a los 68 años,
precisamente los mismos los que no se consideraban como tales a dicha edad. En
definitiva, un galimatías que sirve para recordar lo subjetivo de la percepción
de la entrada en la Tercera Edad. No hay más que preguntarle a una persona
mayor quién es un anciano para descubrir que los viejos siempre son los demás.
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1 comentario:
Pues viejo es cualquiera que no se haya muerto antes de llegar a viejo.
Saludos.
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