Pues NO!
La adversidad no solo no nos hace
grandes, sino que rechazamos a los que la sufren como si de ellos dependiera
que les vaya tan mal. Se banaliza la existencia, se anestesian las emociones y
los afectos, no se habla de la muerte ni de la natural ni del suicidio, y nos psicoanalizamos
para poder decir no a nuestro mejor amigo. Se banalizan las relaciones, se
rechazan los logros ajenos, se comercia con la sangre, con los órganos humanos,
perdemos la memoria y criticamos los fundamentalismos islámicos sin darnos
cuenta de que fundamentalismo es simplemente creer que lo que tú piensas es lo
cierto, lo único fundamental.
Sólo en torno a la rebelión y a
la singularidad es posible establecer hoy una nueva ética, hemos de mantener
nuestra realidad personal conservando la memoria y la subjetividad y aprender a
vivir sin “verdades absolutas”. Salud y suerte.